¿Cuáles son las consecuencias de los gases de efecto invernadero y cómo los podemos reducir?

La actividad humana lanza hacia la atmósfera un excedente de gases de efecto invernadero, lo que provoca el calentamiento global del planeta y un cambio en el clima con consecuencias peligrosas para la salud de las personas.

La emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, óxido nitroso, metano, etc.) por la actividad humana es tan grande como constante. La sociedad está consumiendo rápidamente los recursos energéticos del planeta y produciendo un volumen enorme de residuos perjudiciales para el medio ambiente. 

La proliferación de gases de efecto invernadero está elevando la temperatura media del planeta, acelerando el cambio climático. Sequías, inundaciones y otros fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes. ¿Cómo parar esta situación y revertir el proceso? En este artículo presentaremos unas recomendaciones para reducir el nivel de emisión de estos gases de efecto invernadero, pero primero analizaremos sus características.

¿Qué son los gases de efecto invernadero y qué efectos tienen en la vida en la Tierra?

También conocidos por la sigla GEE, los gases de efecto invernadero tienen la capacidad de retener en la atmósfera la radiación infrarroja reflejada en la Tierra que viene del Sol. Y, gracias a esa capacidad de conservar el calor solar, los GEE son capaces de elevar la temperatura del aire en la superficie de la Tierra. Sin esos gases de efecto invernadero, en vez de una temperatura global media de 15 ºC, la temperatura global media registraría -18 ºC, limitando la existencia y el desarrollo de la vida.

Los gases de efecto invernadero se vuelven peligrosos cuando se excede la concentración en la atmósfera teniendo como efecto el aumento de la temperatura. El consumo de energía eléctrica, el aumento descontrolado de residuos, o el uso de combustibles fósiles, operaciones agrícolas y pecuarias intensivas y la emisión de gases utilizados ​​para refrigeración son cinco de las principales fuentes de gases de efecto invernadero.

Un aumento de la temperatura del planeta no siempre es positivo, ya que puede alcanzar valores que superen los límites para la conservación de la vida, generando lo que se llama calentamiento global, además de producir el cambio climático con consecuencias graves para la existencia del hombre y del planeta. Aunque el aumento de la temperatura parezca ser de solamente algunos grados Celsius, dentro de un ecosistema, cualquier alteración térmica mínima causa sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos.

¿Cuáles son los gases que contribuyen más al efecto invernadero?

El efecto invernadero ocurre cuando la radiación del Sol que llega a la Tierra es de ondas cortas (infrarrojo) y, por lo tanto, emite energía en forma de calor. Así, la capacidad de absorber radiación solar y el potencial de calentamiento global (GWP) de cada gas de efecto invernadero determina su peligro para el medio ambiente. En ese sentido, el hexafluoruro de azufre (SF6) es el gas de efecto invernadero más perjudicial, ya que su potencial de calentamiento es 22.000 veces superior al del dióxido de carbono (CO2). 

Sin embargo, el dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global, si el análisis se limita a los gases emitidos como resultado de la actividad humana. Además, el dióxido de carbono también afecta a la fauna y la flora marinas, acumulándose no solamente en el aire sino también en los mares y océanos. Otros gases que contribuyen al efecto invernadero son: vapor de agua (H2O), óxido nitroso (N2O), ozono (O3), clorofluorocarburos (CFCs) y metano (CH4).

En lo que respecta al gas metano, gran parte de él quedó atrapado bajo el 'permafrost' (hielo perpetuo) de las regiones más frías de la Tierra. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que, tras el deshielo de los polos del planeta, debido al aumento de las temperaturas, existe el riesgo de que grandes bolsas de metano se escapen a la superficie del Ártico y lleguen a la atmósfera.

¿Cómo podemos ayudar a prevenir el aumento de los gases de efecto invernadero en nuestro día a día?

Además de los acuerdos entre países y las políticas ambientales aprobadas por diferentes organismos internacionales, existen múltiples hábitos de consumo sostenibles que, aplicados en su día a día, ayudan a prevenir la continua liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera, reduciendo así sus efectos nocivos sobre el ecosistema

La opción por la eficiencia energética, mediante el ahorro de consumo y obtención de energía a partir de fuentes alternativas renovables (eólica, undimotriz, solar, etc.) es, sin duda, la mejor aportación para ayudar a reducir los niveles de gases de efecto invernadero en el planeta.

Si tiene lavadora, haga el lavado con la carga completa y use programas cortos. No abuse de los sistemas de calefacción o aire acondicionado. En invierno es contraproducente subir el termostato más de 22 ºC y en verano ahorrará energía ajustándolo a 25 ºC.

Además, considere unirse a las diversas formas de transporte sostenible que actualmente tiene a su alcance, como andar en bicicleta, caminar o usar el transporte público. No olvide que los combustibles fósiles (gasolina, diésel y otros derivados del petróleo) utilizados por los automóviles son responsables de una buena parte de las emisiones de este tipo de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Reducir el consumo de energía, reutilizar y reparar productos y bienes, maximizando su vida útil, y reciclar los recursos naturales ya extraídos del ecosistema, estas 'tres R' son recomendaciones básicas a tener en cuenta a la hora de preservar el planeta. Además, en su día a día, no olvide cerrar bien los grifos, apagar y desconectar los aparatos que no esté usando, principalmente cuando esté fuera de casa. Utilice bolsas de tela o papel cuando vaya al supermercado a hacer la compra; Se estima que una bolsa de plástico tarda alrededor de un siglo y medio en degradarse.

Además de lo expuesto, intente adquirir productos alimenticios de producción o cultivo local, ya que eso reduce la inmensa huella de carbono causada por el transporte de mercancías de larga distancia. Del mismo modo, si le gusta tener plantas en casa, escoja plantas endémicas, típicas de su región que no requieren transporte y son muy beneficiosas porque absorben el dióxido de carbono presente en el medio ambiente.

BBVA está comprometido con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

BBVA está comprometido con reducir su huella ambiental. Por eso hemos promovido el uso de energías renovables. El propósito es firme: reducir, hasta finales de 2025, el 68% de las emisiones de dióxido de carbono generadas por el banco (en relación con 2015).

Esta iniciativa es una de las muchas acciones que BBVA viene implementando en el marco del Compromiso 2025, en respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), que ha solicitado la cooperación mundial en la lucha contra la pobreza y a favor de las directrices de producción y consumo que protejan el planeta. 

Durante el segundo año, el Compromiso 2025 de BBVA movilizó alrededor de 30.000 millones en finanzas sostenibles, lo que representa cerca de un tercio del total de 100.000 millones de euros a los que BBVA se ha comprometido. Las finanzas verdes, el agronegocio y las infraestructuras sociales constituyen gran parte del capital movilizado en un esfuerzo sin precedentes para apoyar la reducción de la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera todos los años.