Ventanas bien aisladas, economice con seguridad

Paredes, techos, suelos y ventanas son la "piel" de nuestras casas y edificios.
La correcta elección del aislamiento de sus ventanas contribuye a conseguir un menor impacto ambiental. La mayor parte de la energía se pierde como consecuencia de un mal aislamiento de ventanas y puertas. Si no están bien aisladas, se puede perder hasta un 30 % de calor.

En los meses de invierno llega el mayor gasto en iluminación, calefacción y chimeneas. Sin embargo, la gran mayoría de los edificios y casas, no están preparados debido a un mal aislamiento de las fachadas, suelos y ventanas.

Esta pérdida de energía es un gran desperdicio económico y tiene un alto impacto ambiental. Usted puede ahorrar y ser más sostenible solamente apostando por el aislamiento de su vivienda. Por este motivo, no es sorprendente que la rehabilitación de viviendas tenga especial relevancia en los planes de sostenibilidad de la Unión Europea. En estos planes se destacan acciones encaminadas a un aislamiento más adecuado de las ventanas, eligiendo los materiales y acabados adecuados.

La importancia de conocer bien sus ventanas

“Desde el punto de vista energético, las ventanas son uno de los puntos más críticos dentro de un edificio”, explica José Manuel Larumbe Ilundain, arquitecto y director de BSP Consultores, empresa especializada en asesoría arquitectónica. "Entre el 25% y 30% de la energía se pierde por las ventanas."

Las ventanas son elementos muy vulnerables ​​a los cambios de temperatura entre el exterior y el interior. Eso es especialmente significativo en el invierno, al intentar mantener una temperatura confortable dentro de casa, y en el verano, al intentar mantener la casa fresca con aparatos de aire acondicionado.

Las estructuras más eficientes aíslan mejor la vivienda y contribuyen a un mayor bienestar, tanto desde el punto de vista térmico como de filtración del aire. Existen diferentes maneras de mejorar la eficiencia de su vivienda, haciendo cambios en las ventanas. La mejor opción es cambiarlas por ventanas con materiales más aislantes.

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¿Cómo escoger la ventana adecuada para ahorrar energía?

Al escoger una ventana es fundamental prestar atención a su forma y a los componentes del marco y del vidrio. El vidrio ocupa tres cuartas partes de la ventana, y es la parte más expuesta a los cambios térmicos en el exterior. Por eso, escoger un buen acabado es elemental.

Se aconseja optar por vidrios con cámara o vidrios dobles, conocidos como vidrios IG o IGU (Insulating Glass Unit). Estos incluyen una cámara de aire capaz de proporcionar aislamiento entre el interior y el exterior. Según el arquitecto de BPS Consultores, los más eficientes energéticamente son los que tienen gas argón.

Existen también vidrios de baja emisividad que pierden menos energía que los convencionales, o vidrios selectivos, diseñados para zonas donde tanto las pérdidas de energía en el invierno como las ganadas en verano deben ser controladas.

El material de la estructura también es muy importante. Entre los materiales más comunes, los mejores aislantes son la madera y el PVC, principalmente cuando se trata de un perfil hueco de seis cámaras (también es la opción más cara).

No es aconsejable optar por marcos metálicos, ya que este material es un buen conductor térmico y no funciona bien como aislante. En el caso de escoger marcos de este tipo, es importante asegurarse de que tengan rotura de puente térmico. “Los marcos metálicos con rotura de puente térmico poseen una serie de materiales aislantes en la composición interna del perfil que minimizan la transmisión de energía”, explica el arquitecto.

Si el objetivo es ahorrar energía se recomienda prestar atención al sistema de abrir y cerrar la ventana: los marcos deben permitir una menor pérdida de aire hacia el exterior.

Por último, es importante sopesar también la huella de carbono que deja la producción de esos materiales. El cálculo es complicado, ya que depende de muchos factores, pero la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que, en lo que concierne a los marcos, los materiales de menor impacto ambiental son la madera y el PVC. Los metales, como el aluminio, son los más contaminantes.

Ponga masilla y otras soluciones.

Existen opciones alternativas para aquellas viviendas donde no se desea o no es posible una reforma. Lo más común es colocar masilla, tiras de silicona y otros materiales que se pegan en los bordes de las estructuras garantizando un sellado más hermético. Esta es una solución muy barata que da buenos resultados, aunque estas soluciones exigen que se reemplacen con frecuencia.

Otra opción es aplicar selladores a las grietas visibles en las estructuras o juntas. En estos casos se pueden aplicar materiales como silicona o espuma expansiva, por ejemplo. Por otra parte, los elementos textiles también son una solución. Colocar cortinas gruesas puede ayudar a crear otra barrera entre el interior y el exterior de la vivienda.

Si la pérdida de energía sucede a través de las persianas, existe la opción de sustituirlas por otras de materiales más aislantes o de instalar piezas que minimicen las entradas de aire. “Son piezas que se colocan en el interior de los mecanismos de entrada y salida de la correa de la persiana para minimizar las entradas de aire, que generan muchas pérdidas de energía”, afirma José Manuel Larumbe.

Al escoger una ventana es fundamental prestar atención a su forma y a los componentes del marco y del vidrio.

La década de cambios sostenibles

Se espera que en los próximos años una ola de renovaciones se extienda por toda Europa, especialmente en los edificios con niveles más bajos de eficiencia energética. Esto es lo que la Comisión Europea pretende promover con la estrategia “Una ola de renovación para Europa - Conseguir que nuestros edificios sean ecológicos, crear empleo, mejorar vidas”.