No existen precedentes: por primera vez en su historia, la Comisión Europea (CE) emitirá deuda. Pero estos son tiempos excepcionales que exigen medidas igualmente excepcionales. En estos momentos, la pandemia que vivimos, provocada por el virus COVID-19, mantiene a todo el planeta bajo control y el continente europeo atraviesa momentos de serias dificultades. Al trágico y creciente número de muertes se suman, como una consecuencia más de esta crisis sanitaria a escala global, todas aquellas personas que, en los últimos meses, han visto comprometerse, o directamente desaparecer, sus fuentes de ingresos. Para hacer frente a esta preocupante situación, el Consejo de la Unión Europea (UE) ha acordado una inyección económica de ayudas europeas por un importe de 750.000 millones de euros.
Gracias a una histórica emisión de deuda, la CE financiará los 750.000 millones de euros que conformarán el Fondo Europeo de Recuperación, también conocido como "Next Generation EU" (nombre oficial con el que se ha bautizado este instrumento de emergencia aprobado por los distintos países), conocido en Portugal como "Plano de Recuperação e Resiliência" (PRR) - Plan de Recuperación y Resiliencia.
¿Qué volumen de ayuda europea podrá recibir Portugal?
En concreto, se espera que Portugal obtenga, entre 2021 y 2027, un volumen total de fondos europeos de cerca de 31.000 millones de euros, de los cuales se estima que más de 13.000 millones de euros corresponderán a ayudas directas no reembolsables (es decir, sin necesidad de reembolso posterior), mientras que los más de 14.000 millones de euros restantes tomarían la forma de préstamos.
Sin embargo, los importes definitivos de esta ayuda europea están a la espera de que la aprobación, por parte de la CE, del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno portugués debe presentar en Bruselas.
Ayudas europeas: ¿Qué sectores se han beneficiado de estas ayudas?
La CE fue muy clara a este respeto: la ayuda europea no puede emplearse para cualquier fin. En efecto, junto a la reactivación y revitalización de la economía en su conjunto, en toda la zona euro, tan castigada desde hace un año por los estragos causados por la pandemia del virus COVID-19, Europa busca también que esta inyección económica sin precedentes en el continente ayude a los distintos Estados miembros a avanzar hacia un nuevo modelo social y económico que dote a la región de recursos y herramientas para que la UE sea capaz de anticiparse a los retos que puedan surgir en el futuro.
En otras palabras, no se trata solo de superar la crisis de la COVID-19, sino de reforzar cada uno de estos ejes estratégicos destinados a regir el contexto internacional en las próximas décadas. Por este motivo, las ayudas europeas se dedicarán principalmente a financiar proyectos en los ámbitos de la digitalización de las pymes, la sostenibilidad o el abandono de las fuentes de energía (carbón, petróleo o gas) que perjudican la viabilidad del medio ambiente. Si deseas más información acerca de los sectores que pueden beneficiarse de las ayudas europeas, puedes descubrirlos y leer al respecto más abajo.
¿Cuál será el papel de la sostenibilidad y de la economía circular en la distribución de las ayudas europeas?
La Unión Europea considera la ecología un punto central sobre el cual debe construirse la Europa del futuro. Por tanto, la ecología y la transformación deben ir de la mano. Con el firme propósito de promover valores, hábitos y prácticas de consumo respetuosas con los ecosistemas, las ayudas europeas financiarán proyectos que profundicen en aspectos como la reducción de la huella de carbono (el dióxido de carbono o CO2 es uno de los gases que más contribuye al calentamiento global), la movilidad sostenible y la transición hacia fuentes de energía renovables y limpias.
A este respecto, es necesario subrayar que la sostenibilidad también afecta al sector de la construcción. Así lo han señalado las autoridades europeas, que han subrayado la importancia de llevar a cabo con urgencia proyectos y obras que optimicen la eficiencia energética de los edificios y otras infraestructuras. El objetivo final de esta gran apuesta por lo "verde" es conseguir un modelo de economía circular, en el que los residuos se reciclen y reutilicen como nueva materia prima, reduciendo así los graves impactos que la actividad humana tiene sobre el medio ambiente.
Digitalización y red 5G, las claves para la concesión de las ayudas europeas
Las restricciones a la movilidad geográfica han sido una de las medidas adoptadas para tratar de evitar la propagación del virus COVID-19. Esta reducción de los movimientos habituales de la población ha aumentado el peso y la importancia que la tecnología tiene en la actualidad. Ahora más que nunca, la gente habla, trabaja, aprende, consume y disfruta del ocio a través de Internet.
Así pues, las ayudas europeas serán decisivas para financiar proyectos destinados, entre otras cosas, a mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones, no solo en las zonas más despobladas (mediante la instalación de fibra óptica y nuevos repetidores de señal), reforzar la ciberseguridad de los usuarios, defender el uso responsable de los datos personales y estimular el crecimiento del comercio electrónico.
El mundo tiende a la digitalización absoluta, donde tanto la conectividad como la velocidad de navegación se verán multiplicadas por la implantación de las nuevas redes "5G" (la quinta generación de tecnología de comunicación inalámbrica), que impulsarán el "Internet de las cosas", es decir, la interconexión de diversos objetos y dispositivos electrónicos cotidianos.
¿Qué otros sectores se beneficiarán de las ayudas europeas?
Al tratarse de ejes estratégicos de plena actualidad y relevancia, apostar por la promoción de la sostenibilidad y la digitalización supone influir en multitud de sectores de actividad que, a primera vista, podrían parecer poco o nada interconectados. Así, por ejemplo, el apoyo al sector de la automoción (para el diseño y la fabricación de vehículos menos contaminantes, equipados con motores eléctricos, y coches autónomos e inteligentes., etc.) es una acción imprescindible para poder avanzar en el movimiento y el desplazamiento de una forma más ecológica y justa con la naturaleza.
Lo mismo ocurre con la digitalización, ya que afecta a sectores tan dispares como la sanidad o la cadena agroalimentaria. Pero está demostrado que ambos optimizan su funcionamiento y el servicio que prestan a la sociedad cuando se benefician de las ventajas que proporcionan los avances de la era digital. Por ello, las ayudas europeas también financiarán iniciativas relacionadas con estos ámbitos, así como acciones destinadas a la modernización de los centros escolares, en los que las nuevas tecnologías deben convertirse en elementos insustituibles.