Globalización, desglobalização, reglobalización: encuentre las diferencias
Enero de 2025 por Ana Carrisso
La globalización configuró un régimen marcado pela integración das economías locales numa especie de economía de mercado mundial. No en tanto, en 2020, con el brote da pandemia da COVID-19, ha tenido inicio la desglobalização, es decir, el proceso de inversión da globalización.
Desde el fin da guerra fría y hasta à llegada COVID, la globalización fue una constante nas nuestras vidas. Es una megatendencia que engloba la economía, la política, la cultura, el comercio, la industria, el desarrollo tecnológico y mucho más, teniendo a trasformado las relaciones internacionales nos últimos años.
La globalización configuró un régimen marcado pela integración das economías locales numa especie de economía de mercado mundial, de modo que cualquier empresa pudiese producir y comercialice sus bienes y servicios en cualquier punto do mundo. Esto ha traído consigo palabras conocidas – como deslocalización –, dio un impulso às grandes empresas multinacionales, envalentonó la libre circulación de capitales y lanzó las bases para la sociedad de consumo que conocemos aún hoy.
La pandemia da COVID-19 y el inicio da desglobalização
En teoría, se trataba de una nueva orden ventajosa para todos, colocando ao alcance de cualquier persona cualquier producto o servicio fabricado noutra parte do mundo por un coste relativamente bajo. Las empresas podrían transferir sus unidades de producción para países que ofreciesen costes de mano de obra más competitiva y los países competirían para aprobar leyes más favorables à actividad empresarial. Esto estimularía los flujos migratorios, envalentonaría el comercio internacional, contribuyendo, así, para el crecimiento económico mundial.
Pero el brote da pandemia en marzo de 2020 adujo las vulnerabilidades desta nueva orden. Los confinamientos obligatorios hicieron que las empresas se apercibiesen da necesidad de reducir el número de eslabones das cadenas de abastecimiento. La escasez de bienes de primera necesidad, como medicamentos o máscaras na fase más aguda da epidemia, ha sensibilizado los gobiernos para la necesidad de retener industrias estratégicas en territorio nacional. El trabajo a partir de casa fue encorajado colocando nuevos desafios à ciberseguridad, ya que se multiplicaban los puntos de acceso las redes corporativas y estatales, ni siempre debidamente protegidas. De pronto, la idea da libre circulación das personas no parecía tan atractiva.
2020 marcó el inicio da desglobalização, es decir, el proceso de inversión da globalización. Nos últimos años, hemos asistido à aceptación generalizada de políticas proteccionistas (como la famosa guerra comercial de Donald Trump no su primer mandato), de mayores restricciones à circulación de personas (vea-se el Brexit) y do acortamiento das cadenas de abastecimiento, con muchas empresas la optar por acercar sus fábricas dos sus sitios de origen (proceso conocido como reshoring u onshoring). A esto juntó-se el fuerte aumento do riesgo geopolítico con eventos como la guerra na Ucrania o el conflicto entre Israel y Palestina, que también han tenido impactos sobre el equilibrio político y económico mundial
Desglobalização o reglobalización?
La principal perjudicada diste proceso de desglobalização fue China, otrora conocida como “la fábrica do mundo”. Los vencedores son países como México, na América, Polonia, na Europa, o el Vietnam, no sudeste asiático Por estos motivos, hay quien prefiera hablar de reglobalización, más do que desglobalização: no se trata de un proceso de inversión, pero de reconfiguración das relaciones internacionales con implicaciones políticas, económicas comerciales sociales culturales
Por detrás desta revisión do equilibrio mundial están motivos como la mitigación do riesgo, sino también la protección dos recursos propios (sean ellos activos tangibles o intangibles, humanos corporativos y, no olvidemos, tiene una componente fuertemente inflacionista, haciendo regresar procesos industriales los países con costes de mano de obra más elevada.
Tras la década de 2008-2020, marcada por tasas de interés cero y deflación no mundo occidental, un mundo más proteccionista, regionalista con precios estructuralmente más elevados parece estar delante de nosotros. Cuanto tiempo durará esta tendencia, que impacto tendrá sobre los mercados becarios a largo plazo o el que podrá modificar no curso dos acontecimientos son preguntas que aún no tienen respuesta, pero que los inversores deben observar con atención y cuidado.